KAIROS
Francisco Montfort
Se percibe un cambio en los ambientes nacionales. No sabremos si este cambio es predominante sino después de la próxima elección. Me refiero al deseo de frenar lo que Roger Bartra denominó un “regreso a la jaula de la melancolía” que propició el inesperado, por arrollador, triunfo de Morena y su candidato, el señor López.
Este triunfo constituyó un intento de restauración “del antiguo régimen autoritario tal como existía en los años sesenta y setenta del siglo pasado”. El ambiente de instauración de este proyecto emanó de un desencanto y un desaliento provocado por los “proyectos fallidos” de un gran intento de modernización, de democratización y de crecimiento y distribución de la riqueza generada durante los últimos 25 años.
Este ambiente, predecía R. Bartra (Regreso a la melancolía. El fracaso de López Obrador, Debate, México, 2021), dependerá de “hacia donde se decante el partido en el gobierno (PRI) y de si cristaliza con éxito el nuevo frente de oposición”.
Hoy sabemos que Enrique Peña Nieto pactó el triunfo del señor López descarrilando la candidatura de Ricardo Anaya, imponiendo a un candidato del PRI que no era militante y por lo tanto alejado de las preferencias partidarias del otrora exitoso partido y volcando a sus militantes y simpatizantes a favor del candidato de Morena.
Desde luego que el inesperado y arrollador triunfo del señor López se cristalizó en un ambiente de desencanto por la corrupción del “nuevo PRI”, de las dificultades de ampliar el crecimiento económico y distribuir la riqueza y las nuevas exigencias laborales y académicas de la modernización que vivía la ciudadanía.
Este ambiente es lo que parece ha cambiado desde la aparición en el escenario nacional de Xóchitl Gálvez. Lo confirma el segundo debate entre los candidatos a la presidencia. Durante este ejercicio democrático quedó demostrada la soberbia de la candidata oficial, su arrogancia personal y su certeza de que triunfará gracias a una elección de Estado.
Los apoyos ciudadanos a los candidatos del polo opositor han generado un ambiente alejado de fatalismos y combaten la propaganda del “triunfo inevitable” de la señora Sheinbaum. Este ambiente camina por la “grietas del desencanto” provocadas por el muy fallido gobierno del señor López.
El triunfo del señor López hubiera sido imposible sin la trágica traición del PRI, acto suicida que dejó en caricatura al ex poderoso Partido Único. En Veracruz, después del triunfo del PAN el 2016, que significó el fin del predominio de más de 70 años de gobiernos del PRI, los resultados de la elección de 2018 constatan los efectos de la traición priista.
En 2018 la coalición de Morena ganó 1,864,345 votos mientras que la coalición opositora obtuvo 1,633,525 votos (6.1 puntos porcentuales más)
En 2018 MORENA, para diputados, obtuvo 1, 571187 votos y PAN obtuvo 972, 120 votos; 599,007 votos más que el segundo lugar.
En este mismo año, Morena y aliados alcanzó en Veracruz, para diputados, el 49 % de los votos, contra el 43 % del bloque opositor.
En el 2021 la coalición de Morena obtuvo 51 % de votos y el bloque opositor 45,8 %. En votos esta fue la distribución: Morena, PT-PVEM obtuvo 1,796,085 votos y PAN-PRI-PRD obtuvo 1,153,706 votos, lo que significa 18.1% menos votación.
En esta elección Morena ganó por cambio de votantes 704 secciones contra 99 hacia el PAN y 186 hacia el PRI y sólo 79 hacia el PRD.
La alternancia por distrito en la elección de 2021: seis para Morena y aliados, y una para PAN y aliados.
Por partidos los resultados en 2021 fueron: para Morena 38.9%, para PAN 15,5% y para PRI sólo11,2%. Estos partidos disminuyeron su votación respecto a 2018, en cambio los demás contendientes aumentaron levemente su apoyo ciudadano.
Esta próxima elección ha sido calificada como la más importante por varias razones. Para esta columna la originalidad de esta radica en que es una elección de Estado, no sólo por los recursos puestos a favor de la señora Sheinbaum que la conducen en ancas a la silla presidencial.
Es elección de Estado sobre todo porque la campaña oficial es dirigida por el presidente de la república. Sin embargo, otra originalidad es que esta campaña está o debiera estar siendo conducida por una estrategia basada en secciones electorales, gracias a la inteligencia artificial, que ofrece una visión diferente a las campañas tradicionales.
En 2018 Morena ganó 3,191 secciones, el PAN ganó 1,307 secciones, PRD 160 secciones, PRI ganó 107 secciones. Estos resultados muestran que para efectos prácticos el PRI es casi irrelevante. En consecuencia, la campaña del señor Pepe Yunes debería estar más ligada a los discursos y ofertas que entusiasman a los panistas y a los ciudadanos sin preferencias electorales. Volveremos sobre el tema.
francisco.montfort@gmail.com