* Presentación de “Amlofobia. Manifiesto contra la intolerancia”.
* Estudio elaborado por alumnos de la FES-Acatlán de la UNAM.
* Los amlofóbicos no usan elementos de constatación ni el derecho de réplica.
* Jaime Pérez Dávila expone tres razones para despreciaral dirigente de Morena.
“Amlofobia. Manifiesto contra la intolerancia”, un trabajo académico elaborado por alumnos de la Facultad de Estudios Superiores- Acatlán, fue presentado por activistas y profesores de ese plantel de la UNAM, como un primer esfuerzo para conceptualizar la violencia social que ha prevalecido en México, tomando como eje la intolerancia, estigma que marca al país y su vida política.
Su contenido se centra en ese fenómeno, producto de una sociedad autoritaria que no reconoce la diferencia y la distinción, afirmó el asambleísta capitalino, escritor y defensor de las comunidades indígenas, Mardonio Carballo, al referirse al trabajo realizado por estudiantes de comunicación de la FES-Acatlán, bajo la coordinación del profesor Jaime Pérez Dávila.
En un opúsculo de 86 páginas, sus alumnos entrevistaron a algunas personas que, de manera abierta, rechazaron la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, con respuestas que muestran las descalificaciones e insultos al dirigente del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) y sus seguidores.
Según Mario Revilla, maestro de comunicación social del centro de estudios universitario, los mensajes en contra no incorporan elementos de constatación ni ofrecen espacio a la réplica, pues el propósito de los detractores del líder tabasqueño es mostrar el tono violento de su discurso.
Es importante mencionar a todos los autores, la tarea de Rafael Serrano, prologuista del libro, y de Diego Juárez Chávez, autor del corolario, de Jorge Pérez Gómez y Héctor Torres Lima, quienes –dijo Revilla- apoyaron un trabajo que da a conocer los pensamientos, representaciones, argumentos, prejuicios y emociones que explican la animadversión política.
Al hablar del “Amlofobia. Manifiesto contra la intolerancia”, Pérez Dávila dijo son tres las principales razones de “desprecio” a AMLO: “Sus atributos personales están al margen del buen trato y de maneras y límites de una persona educada y civilizada; es un político como todos los demás, y sus propuestas y políticas son populistas”.
Edgar Morin, antropólogo, autor de “La Maña”, texto que hace un recorrido por la cultura de la droga, destacó que es fundamental atender desacuerdos, manifestaciones de inconformidad o de rebeldía, puesto que no hay nada más importante para la estabilidad social:”La democracia nos da el punto de tensión necesario para enfrentar esos problemas”, añadió.
Por lo que atañe a sus simpatizantes, el opúsculo, en el cual participaron 16 alumnos de Pérez Dávila, menciona algunos de los calificativos que les aplican para denostarlo, de los cuales el coordinador de la obra meniocó a los que se llama pejezombies, borregada, lambiscones, gatos que no se informan, ignorantes, fanáticos y chairos.
“La intolerancia es el estigma que marca las conversaciones políticas. No es propia de la ignorancia política o de una ciudadanía infante. Es el producto de la sociedad autoritaria que no reconoce la diferencia y la distinción”, dijo a su vez Carmen Parra.
Coincidió con los conceptos de Mardonio Carballo, al referir que el libro se define “como un manifiesto contra la intolerancia que, con claridad, analiza y descubre las raíces de la personalidad autoritaria del mexicano”.
Ambos activistas sociales ampliaron sus análisis, y Parra citó a AMLO, quien dijo que en México “cabemos todos”, y pidió no olvidar esas palabras: “Hay que fomentar la crítica y la reflexión”, agregó.
Carballo insistió en que, “ese tipo de mensajes discriminatorios, abundan sobre todo en las redes sociales mediante discursos de odio, con llamados abiertos a violentar a los simpatizantes de López Obrador o a él mismo”.
“El desprecio que vemos es hacia Andrés Manuel y a lo que representa, y es que casi toda la crítica a AMLO es producto de la ‘amlofobia’. Se vale criticarlo, pero debe hacerse desde la razón y no desde el prejuicio, que es lo que se ve en mayor o menor grado”, dijo el escritor de origen veracruzano.
Pérez Dávila y Revilla hablaron de existe una línea “delicada” entre lo que se dice y la representación violenta de los mensajes, por lo que hay que pedir a la ciudadanía mantenerse vigilante, idea que fue complementada por Edgar Morir, al subrayar que hay una sociedad esquizoide, de características profundamente autoritarias.
“Esa es la gran tragedia nacional, incluido el ‘capitalismo de amigotes’, de hipócritas, herederos del pensamiento colonial”, concluyó el antropólogo y escritor.