El secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, sí que está enojado. ¿Pero acaso tanto, como los millones de mexicanos que no tienen ni para comer?
Porque lo menos que espero es que el súper secretario de economía, sepa al menos que en México con todo y las políticas asistencialistas y todas las acciones de los gobiernos federal y estatales, hay cientos de nosotros –niños, adultos y ancianos–, que no tienen nada, absolutamente nada comestible que llevarse a la boca. Y créame señor secretario que tener hambre y tener que seguir viviendo es pien doloroso. Porque el hambre duele.
Videgaray insiste en que la economía nacional va por buen camino y está en campaña de que su voz sea creíble.
Ya habla con empresarios, con comerciantes, con los del pueblo, con quienes puede para con el discurso convencer de su dicho. ¿Pero cuál?
Ahora resulta que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) anual de 2.7 por ciento para este 2014 no es promesa, es pronóstico.
Justo ahí, es en donde ya no sé si Videgaray está defendiendo las reformas estructurales dictadas por su jefe Enrique Peña Nieto, o de plano sólo está muy, pero muy enojado.
El presidente Peña Nieto es de los que defienden que lo que prometen, cumplen. Como recién acaba de usar la frase en primera persona de que: “Lo que prometo, lo cumplo”, en la localidad de La Pintada, en el estado de Guerrero, en donde quedó parte del poblado sepultado y con ellos vidas y algo más, luego del paso de los meteoros pluviales del 2013, Ingrid y Manuel.
El caso es que el gabinete peñista está demostrando que se aventaron a administrar la nación con un montón de incertidumbres y que en pleno vuelo van realizando el plan. Si aparecen nubarrones, montañas elevadas y más, pues irán por las mismas metas, nada más que eso sí, que quede claro, clarísimo: No prometen nada.
Con todo este estancamiento de la economía –recesión o como deba llamársele–, en donde deben estar muy pero muy sonrientes es en el Palacio de los Covián. Pero el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong debería poner sus barbas a remojar, porque si esto no avanza es en mucho porque en materia de inseguridad, violencia y grupos criminales la cosa sí que crece y es por mucho, uno de los factores que tiene a nuestra economía por los suelos.
Al final esa es la diferencia entre un político y quizá un economista: Uno promete, otro pronostica.
Acta Divina…En referencia al crecimiento económico de México, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray estimó de manera reciente un 2.7 por ciento para este 2014, pero señalo: “No es una promesa, es solo un pronóstico”.
Para advertir… Pensar si vale la pena ir por el mundo cumpliendo como economista.
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– el PIB va y viene,igual q las promesas de las reformas “estructurales” q nos daran la bonanza. Muy claridosos los inversionistas, lo q Mexico necesita es ESTADO DE DERECHO, gulp !!!