Que “arrojen la primera piedra” aquellos de mis amables lectores que al menos una vez en su existencia no hayan expresado ideas relacionadas respecto a que tienen la certeza o la sospecha de que alguien en su entorno se dedica al narcotráfico o alguna otra actividad ilícita.
Nada menos el día de ayer, para sincerarnos; comentaba con unas colegas sobre como al paso de nuestras vidas, hemos dejado de ver personas de quienes sospechábamos sobre la procedencia de sus recursos económicos y que ahora, simplemente casi sin ninguna explicación, desaparecieron del entorno conocido.
Esto implicaría tal vez, que quizá más de uno de nosotros hemos cruzado palabra sin saber, con algún criminal que enmascara su verdadera y más lucrativa actividad.
Los narcotraficantes en nuestro país, no se identifican como tales. Siempre presumen actividades lucrativas desde manufacturas, almacenamiento, venta y compra de productos; pero son muy pocos quienes saben cuál es su verdadero interés comercial.
Para el caso de la senadora del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Iris Vianey Mendoza, quien el día de ayer solicitó una licencia a su encargo legislativo por 30 días para presentarse ante las autoridades y ser investigada al más alto nivel por nexos con el narcotráfico a raíz de una fotografía con la que se le vincula asistencia a una fiesta de narco conocido, nos pone a todos en severos aprietos.
Claro que ser legislador y revelar nexos con el crimen organizado, es muy serio. Pero me pregunto, para el caso del narco –y sus consecuencias– tan arraigado entre nosotros, entre los vecindarios y círculos sociales de cualquier tipo: ¿No es al final el mismo crimen se sea legislador, juez, empresario, empleado o aún sin actividad económica declarada?
Es cierto que no sólo una placa fotográfica vincula a la senadora Vianey Mendoza de nexos con organizaciones criminales, sino incluso señalamientos de otros actores; hasta del ya destituido portavoz de las autodefensas, José Manuel Mireles, por lo que la investigación sin fuero constitucional por su actividad legislativa, es imperativa.
Pero cuidado. No dudo que aquí aplique la máxima: “Si quieres saber quién eres, métete a político”.
Acta Divina… La senadora perredista Iris Vianey Mendoza solicitó la separación de su cargo para ponerse a disposición de la Procuraduría General de la República, (PGR) e igual expresó: “… quiero anunciar la separación de mi cargo como senadora, he redactado una licencia temporal por un periodo de 30 días, para poder trasladarme a la PGR, ponerme a disposición de esta instancia y no se diga que me amparo bajo el fuero constitucional, porque no tengo ninguna relación con el crimen organizado”.
Para advertir… Caras vemos, actividades no sabemos.
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