CIUDAD DE MÉXICO, 20 de septiembre (AlMomentoMX).- Cientos de rescatistas, brigadistas y civiles han trabajado para rescatar a personas atrapadas entre los escombros, después del sismo de 7.1 grados de este martes 19 de septiembre.
En medio de ese barullo, los socorristas hacen una señal que llama a la calma: los puños arriba indican que hay que guardar silencio. De este modo, es posible escuchar gritos de auxilio que surgen desde los edificios derruidos.
En tanto, filas de brigadistas están dispuestas para pasar de mano en mano cascajo, cuerdas, cubetas, cualquier artefacto que apresure el proceso de búsqueda. Otros grupos se han organizado para proveer de agua y comida tanto a damnificados como a rescatistas.
Durante la noche, las labores continuaron: en algunos puntos, motociclistas se abrieron paso para dirigir sus faros hacia los escombros. Al amanecer este miércoles, las labores continúan, porque la esperanza no flaquea. Un puño al cielo podría ser el precedente de una señal de vida.
A más de 24 horas del desastre, una prueba de que esta señal es funcional y da un poco de esperanza es el colgio Enrique Rebsamen, en Coapa, donde rescatistas trabajan a cuenta gotas para salvar con vida a una niña que se encuentra bajo los escombros.
AM.MX/dsc
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