Eduardo Sadot
Ningún acto de violencia se justifica, ni siquiera por los fanáticos que tienen el resentimiento y odio a flor de piel, incubado hasta las venas como método de control y convencimiento de los mexicanos aprendices de nazi, Sí aquel que han reproducido los manuales de odio para controlar a las masas y arribar al poder.
Pero lo que sucedió hoy en el estado de Veracruz contra las instalaciones del PRI y muertes de candidatos inclusive de MORENA debiera alarmar a todo mexicano que entendiera que toda violencia se revierte y multiplica en la sociedad, Debiera reprobarse la violencia inclusive hasta por prurito o cortesía, hasta el partido en el poder debiera pronunciarse en contra de toda manifestación de violencia de cara a las elecciones. Por qué, pues porque desde luego son oposición y cualquier sospecha de intolerancia, vista desde el exterior apesta a tiranía a dictadura.
Por otro lado, el vandalismo contra las instalaciones del comité directivo del PRI Estatal de Veracruz, tiene muchas lecturas. La primera, es que a quién o a quién beneficia dañar al PRI en época de elecciones, cuando dinamitaron la posibilidad de alianza entre el PRI y el PAN.
A quién le está preocupando el trabajo que hace Alejandro Moreno y todo su equipo en Veracruz previo a las elecciones. Pues a quienes están viéndose, perdedores en las elecciones. Por una parte, el gobierno federal por otra, el gobierno local y sus aliados, incluida la delincuencia organizada.
Ante esta situación, lo menos que podemos hacer, es que la ciudadanía del país y del Estado de Veracruz lo sepan.
Pero sobre todo no podemos perder de vista que la violencia desatada en el país tiene un origen y ese origen es incitación a la violencia. El incitar a la violencia contra todo “adversario” como se sigue haciendo con frecuencia hoy y desde el sexenio pasado.
Debemos señalarlo y hay que repetirlo, no podemos permanecer ajenos.
Como dato curioso a Julius Streicher director del periódico nazi Der Stürmer (el delantero) que incitaba al odio contra los judíos, fue condenado a muerte en el juicio de Nuremberg (sin pretender ser agorero de la justicia), pero incitar al odio en México y entre mexicanos no puede quedar impune, a todo nazi le llega su Nuremberg.
Asumamos todos los mexicanos, que no se pueden agredir a los mexicanos desde una tribuna nacional, para fraseando a la presidente “a los mexicanos se les respeta” y quien les insulte poniéndoles apodos impunemente, incitando la violencia y burlándose de los mexicanos – con esa risa burlona y ofensiva – ello merece castigo ejemplar, por ese crimen de lesa patria, pruebas abundan, por eso desaparecieron los organismos autónomos para no transparentar las pillerías de un presidente que se arrogó el mote de honesto, también por eso se desaparecen al Poder Judicial, subordinándolo a la presidencia.
Lo que se hace en la administración pública, es como en los aviones. Si usted está manejando un avión tiene que hacer algún movimiento, debe contar cinco segundos, para que el aparato reaccione. En política es similar, las decisiones y las cosas que hacen tienen repercusiones a veces hasta en un año o más y la violencia en México es por prometer impunidad a la delincuencia y por ese lenguaje de violencia contra la parte de mexicanos que no le aplaudían, una verdad que hoy pretenden desvirtuar.
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