Eduardo Sadot
Estados Unidos hace evidente su derecho a recibir en su país a quien quiera y negar la visa a quien ellos mismos decidan, la agencia informativa Reuters dio a conocer que al menos a 50 políticos mexicanos les fue revocada la visa para ingresar a los Estados Unidos de América, el motivo según trascendió, por vínculos con la delincuencia organizada, las repercusiones inminentes son, que sujetos a investigación en el país del norte pueden boletinarse en interpol lo que haría que en el momento en que pretendan viajar al extranjero y una vez en espacio aéreo internacional pueden ser detenidos. Es destacable el caso del exgobernador de Guerrero Astudillo Flores quien salió del PRI para integrarse al partido Movimiento Ciudadano.
A raíz de el delicado estado de salud del fundador y líder moral de MC, hay muchas decisiones que es difícil rastrear como se están dando en MC, los principales protagonistas de ese partido, han sido cautos en sus declaraciones en público, pero el sambenito de comparsa de López Obrador es un estigma que debieran luchar por deslindarse.
El retiro de las visas a políticos mexicanos no es un tema menor, por más que se quiera minimizar desde las mañaneras, resulta difícil creer que Claudia – con sus estudios de científica, pensando con rigor científico – pueda creer que los mexicanos “todos” somos idiotas – conclusión a la que suponemos que llegó, a consecuencia de ver el comportamiento de sus feligreses.
El retiro de visas, es una señal y un evidente señalamiento de corrupción dentro de su movimiento o religión – que no Partido – ante las pruebas de intolerancia y ausencia de autocrítica.
La doctora Claudia tiene dos opciones: pronunciar su famoso y socorrido estribillo “sin comentarios” equivalente al del personaje, corruptamente famoso conocido como el rey del fentanilo cuando decía “yo tengo otros datos” sin mostrarlos. O asumirse la presidente de México, ordenar se investigue y al menos suspender a los funcionarios cuestionados en tanto se aclara su situación jurídica, porque en muchos casos es una señal del gobierno Norteamericano de evidenciar el contubernio de funcionarios de la 4t vinculados con el crimen organizado.
La presidente debiera estar reconsiderando dados los tiempos que se viven, la pifia que significó su declaración, de que al embajador de los Estados Unidos Ronald D. Johnson lo tratará el canciller de la fuente, cuando por otro lado se privilegian a los embajadores de Venezuela Stella Lugo y a Marcos Rodríguez de Cuba.
Ante la clara definición de la presidente de México a favor de todo aquel que se manifieste contrario a los intereses de los Estados Unidos de América, cuando su papel debiera ser imparcial y con una postura de estadista por encima de fobias y filias, es evidente que no le ha importado exhibirse como autoritaria callando al pueblo que se le acerca y tampoco disfrazó su molestia por el reconocimiento del Nobel de 2025 a otra mujer María Corina Machado, o por tratarse de otra mujer o por tratarse de un reconocimiento a la oposición del presidente Maduro aliado al movimiento de MORENA y líder de los soles.
Ahora el sospechosismo crece cuando grupos dentro de la UNAM, algunos con nacionalidad norteamericana cercanos y hasta traductores del rey del fentanilo, otros vinculados a los tiempos de estudiantes de encumbrados políticos y políticas de MORENA, se manifiestan antinorteamericanos y exigen romper relaciones con Israel y reconocer a Palestina, hasta los radicales llegaron al extremo de solicitar en un extenso y extraño pliego petitorio, la expulsión de profesores de raíces judías, disfrazándolos con otros incluir a otros maestros, el tema no es menor, es digno de alerta no solo en la UNAM sino en el país. Más grave aún, cuando la universitaria en el más alto cargo gubernamental guarda silencio, sabiéndose observada por el Embajador de Estados Unidos en México.
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