• La Estrategia; reducción del uso de la fuerza
• El trabajo se ha centrado en la “inteligencia”
Cuando la violencia se ha recrudecido en estados como México, Tamaulipas o Coahuila, los subsecretarios Eduardo Sánchez Hernández y Roberto Campa Cifrián, se muestran seguros de que la estrategia de prevención empezará a producir sus primeros frutos a más tardar en mayo.
Gobernación citó a conferencia de prensa encabezada por ambos funcionarios, para explicar los “principales avances” de la Comisión Intersecretarial para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia”, que prácticamente lo que ha hecho es reunir, clasificar y sistematizar información de inteligencia, desde que, en diciembre, Peña Nieto dio a conocer el Programa Nacional de Prevención del Delito.
Lo más relevante del evento periodístico de ayer es la confirmación hecha por Eduardo Hernández, subsecretario de Normatividad de Medios, de que se ha ordenado una especie de “retirada” de las fuerzas de seguridad de los escenarios más violentos para no exponer a la población.
La estrategia de seguridad del gobierno actual está orientada a la disminución de la violencia, principalmente en delitos como homicidios, secuestros, extorsiones y robos en casas habitación. El trabajo ha consistido en reducir significativamente “el legítimo uso de la fuerza” del Estado, como lo corroboró Sánchez Hernández, lo que no significa que las fuerzas de seguridad – Policía Federal, Ejército y Marina – no vayan a seguir a cargo de las operaciones de vigilancia, en tanto los cuerpos policiales estatales y la ya anunciada Gendarmería Nacional ocupen las posiciones que ellas mantienen.
Indudablemente es notorio que las confrontaciones armadas entre cuerpos de seguridad y grupos de delincuentes armados han disminuido, en los últimos tres meses, aunque no los enfrentamientos entre bandas del crimen organizado, hecho que hizo elucubrar a analistas, en el sentido de que la nueva estrategia consistía en retirar a soldados, marinos y policías federales, para dejar que los criminales se enfrentaran entre ellos mismos.
No está jalada de los pelos la estrategia de la Secretaría de Gobernación para, en algún futuro – esperamos que no lejano – la inseguridad pública llegue a los niveles normales de una sociedad en la que coexisten pacíficos y violentos. En este primer trimestre del primer año del gobierno de Peña Nieto, los encargados del Programa de prevención de la violencia y la delincuencia se han dedicado, más que nada, a realizar un trabajo de inteligencia: reuniones entre el secretario Miguel Ángel Osorio Chong y gobernadores de los estados donde ha sido más intensa la violencia; firmas de acuerdos entre Federación, estados y municipios, y el diseño de una especie de mapa de la criminalidad y su entorno y origen geográfico, para combatir de manera multidisciplinaria la inseguridad atacando sus causas socioeconómicas.
Gobernación ha suscrito una veintena de convenios con entidades federativas, 32 municipios y cuatro zonas metropolitanas, para identificar las áreas más violentas, y dar “tiros de precisión” contra la delincuencia, como los ha bautizado Sánchez Hernández. Según los funcionarios, el trabajo de la Comisión está muy avanzado; dicen que – y así lo confirmó Campa Cifrián – están trabajando “de manera científica”, tanto en la prevención como en el combate.
Mucho trabajo de recopilación de información, para conocer no sólo los delitos cometidos por criminales, sino los orígenes, los ambientes en donde se forman y de dónde salen los criminales. Gobernación tiene una estrategia que llama integral para la recuperación de espacios, que incluye servicios educativos, de salud, terapias conductuales, elevación de niveles de vida.
La verdad es que “los tiros de precisión”, dados por Sánchez Hernández no se han escuchado – ojalá no sean de salva -. Si siguen tronando los de los “ejércitos” de los cárteles. Pero tiempo al tiempo.
fgomezmaz@analisisafondo.com