Brasil cerró el año 2024 con un déficit público de 43.000 millones de reales, equivalentes a aproximadamente 7.300 millones de dólares, según datos del Ministerio de Economía publicados el 30 de enero.
Este resultado representa un notable descenso del 81% en comparación con el saldo negativo de 228.500 millones de reales registrado en 2023.
El déficit alcanzó el 0,36% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que marca una mejora significativa y el mejor desempeño desde 2022. Las autoridades atribuyen este avance a una mayor recaudación fiscal, que ha alcanzado niveles no vistos desde 1995, y a un crecimiento económico superior al esperado.
Para calcular este déficit, el gobierno excluyó los gastos extraordinarios relacionados con las inundaciones en Río Grande do Sul y las medidas contra los incendios en la Amazonía y el Pantanal.
A finales de 2023, el gobierno aprobó un paquete que busca recortar gastos y que prevé un ahorro de 69.800 millones de reales (alrededor de 11.900 millones de dólares) para 2025 y 2026, aunque muchos analistas consideran que el impacto real será menor.
El ministro de Economía destacó que la reducción del déficit es un paso crucial hacia la estabilidad fiscal y económica del país, y subrayó la importancia de continuar con políticas que fomenten la recaudación y controlen los gastos públicos.
A pesar de estos avances, Brasil enfrenta desafíos significativos en su economía. La deuda pública sigue siendo alta, y las proyecciones indican que el país necesitará implementar medidas adicionales para mantener un equilibrio fiscal sostenible en los próximos años.
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