El desempeño del virrey Pinocchio merece destitución no comprensión.
El mensaje del virrey Pinocchio es claro contundente. Su particular interpretación de la realidad del comportamiento de la economía mexicana es contraria al INEGI, a respetados organismos nacionales e internacionales, asociaciones de profesionales, etc.
Indubitablemente (concepto terrestre de los profesionales del número-los contadores) los sistemas institucionales, llámese en este caso particular, SHCP, requiere interpretar los “absurdos-números fríos”.
La macroeconomía, -responsabilidad de la SHCP, del bienaventurado virrey Pinocchio, debería analizar el comportamiento y el análisis de las variables agregadas como el monto total de bienes y servicios producidos, el total de los ingresos, el nivel de empleo, de recursos productivos, la balanza de pagos, el tipo de cambio y el comportamiento general de los precios. (La obviedad sería utilizar cifras confiables y cruzarlas, para no caer en vasos medio llenos o medio vacíos)
Sobra decir que, lo mismo, debería tomar las iniciativas necesarias para moderar los efectos negativos-internos o externos- que amenazaran el buen devenir de los pronósticos de crecimiento impuestos bajo su titularidad.
En el 2013, México creció 1.1% cifra menor a la pronosticada por el propio virrey Pinoccio. (Primera tarjeta amarilla)
El pasado viernes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reportó que la economía de México creció 1.8% en el primer trimestre a tasa anual, cifra inferior a lo esperado por analistas, que al corregirse la cifra por efectos de calendario, solamente avanzó 0.64% a tasa anual. (En este caso, yo no amerita tarjeta amarilla sino roja de expulsión, de acuerdo a las reglas del amado fútbol).
Obvio el virrey Pinocchio reculó, y “redujo su pronóstico de crecimiento, para el 2014, a 2.7% desde 3.9%, por lo que de confirmarse será el segundo año del Gobierno de EPN con un nivel inferior de avance”, drásticamente menores al decir del primero.
Peor aún, estudiosos, ajenos al sector gobierno, pronostican un crecimiento del 2.1%, sin afán de golpear, más si bien, la incuestionable responsabilidad de guiar al sector privado para evitar sorpresas inesperadas. (Y al oficial en caso desee atenderlas).
Se observa que tal tarea, a casi 18 meses de la gestión del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, merece sin discusión la calificación de reprobado para el virrey Pinocchio.
Una cuestión tan evidente no amerita comprensión, sino destitución, de quien conduce desacertadamente la economía mexicana. ¿Acaso al ejecutivo federal le presentan otra realidad? Actualmente hasta por twitter se enteraría. No existe lugar a duda.
Entonces… ¿Qué pasa por la mente de EPN, al decir de algunos pragmática? ¿Acaso una tercera oportunidad? ¿Poner en riesgo la de por si alicaída imagen de su gestión?
El virrey Pinocchio solito se hizo el harakiri. Ante los índices abrumadores de otras instancias, no le queda más remedio que aceptar a regañadientes, a quien pretendería la candidatura presidencial para el 2018, tan cuestionada como sus propios pronósticos, abortar la misión.
La realidad. La noticia la conoce el 1% de los mexicanos, el resto se aprieta el cinturón, trabaja dos turnos, en la mayoría de los casos salen a perseguir el bolillo padre y madre, o las parejas, o quienes comparten un techo, la circunstancia amerita del ingreso de cada cual para pagar los mínimos de bienestar; casa, comida, ropa limpia. El ahorro inexistente, marca desde hoy y la desventaja de mañana.