CIUDAD DE MÉXICO, 8 de septiembre (Almomento MX).- Hace un par de años, no muchos, era muy común ver grupos de niños y adolescentes en las calles, los motivos que los hacia reunirse eran varios: echar una cascarita, platicar y amenizar un poco sus tardes o simplemente jugar un poco al aire libre, sin embargo, esas escenas han quedado en el olvido, pues hasta el Día de Reyes (día en que por leyes no escritas, las calles se inundaban de niños y juguetes) se ha convertido en algo así como el Día del apocalipsis zombi.
Lo que ha llegado a sustituir esos mágicos y entrañables momentos han sido las tablet, celulares, computadoras, consolas y aún el televisor, artefactos que marcan a la generación de los nativos digitales; el aprovechamiento de estos recursos puede ser impensable, pues hacer, conocer y descubrir cosas que antaño pasarían a ser una locura, hoy son parte del cotidiano, hasta ahí no va tan mal la cosa. La contraparte llega al hacer un recuento de cuánta actividad física realizan los menores, más allá de las actividades físicas realizadas en la escuela y la poca movilidad que exige ser un nativo digital, son serios problemas que se avecinan en un futuro no muy lejano.
Y es que si tomamos en cuenta que mundialmente ocupamos el primer lugar en obesidad infantil, es preocupante cuando la cuestión no queda ahí pues también se añade la problemática de tener malas posturas al hacer uso de estas herramientas, algo que a la larga provocará graves problemas de salud como el dolor de espalda, que se encuentra entre las enfermedades más incapacitantes del mundo.
Para rectificarlo, basta echar un ojo a los datos obtenidos por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, “se estima que 58.6% de los niños y adolescentes de 10 a 14 años no refieren haber realizado alguna actividad física organizada (participación en deportes organizados) durante los últimos 12 meses previos a la encuesta, 38.9% realizó uno o dos actividades y 2.5% más de tres actividades; la actividad más frecuente para este grupo de edad es el futbol soccer”.
“De acuerdo con la clasificación de la OMS, en México 22.7% de los adolescentes entre 15 y 18 años son inactivos, 18.3% son moderadamente activos y 59% son activos. Por otra parte, se estimó que en adultos mexicanos de 10 a 69 años de edad, la prevalencia de inactividad física aumentó significativamente 47.3% en los últimos seis años (2006-2012)”.
Ante esta situación, la misma ENSANUT recomienda incrementar la actividad física moderada y vigorosa, incluyendo actividades deportivas, y evitar en todo punto las actividades sedentarias. Esto no debe representar un drástico cambio en las actividades, sino se puede empezar con pequeñas acciones que formen hábitos contrarios al sedentarismo, por ejemplo, realizar el recorrido casa-escuela caminando y no en transporte. Sí, también podemos ayudarnos de la tecnología, pero es mejor realizar una actividad física al aire libre sin que algún dispositivo tenga que intervenir significativamente.
No obstante, hay un tema que ha quedado muy en el olvido por parte del sector salud, lo referido a los dolores de espalda a consecuencia del sedentarismo y las malas posturas corporales que adoptamos cotidianamente al hacer uso de las tablet, celulares, computadoras y consolas.
En este sentido, es recomendable reducir los tiempos de ocio y procurar poner atención en las posturas que tomamos mientras chateamos, jugamos o pasamos tiempo frente al ordenador.
Sin embargo, otro factor determinante para provocar un daño en la columna vertebral o espalda es lo que cargamos o las actividades que realizamos diariamente. En este sentido, la población más vulnerable son los menores, quienes diariamente cargan con libros y cuadernos, que en conjunto pueden sumar un peso considerable que no es proporcional a su peso. Ante esta situación, sería cuestión de pensar no solo una sino dos veces los beneficios que se pueden aprovechar de los recursos tecnológicos en la escuela, pues bien se podría intercambiar la cantidad de libros que deben llevar los niños por alguno recurso digital pedagógico.
¿Cuál es el peso ideal que tu hijo debe cargar en la mochila?
Además, tal como lo menciona Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), señala una cadena de consecuencias derivadas del sedentarismo juvenil. “El niño que no juega al aire libre ni hace ejercicio, al que se lo dan todo hecho y que no quita la vista del ordenador puede desarrollar ansiedad y a su vez comer más de la cuenta para calmarla o porque no tiene nada mejor que hacer. Si no están sus padres en casa puede picar entre horas, comida que no suele ser saludable. Esto desembocará posiblemente en obesidad, que a su vez provoca problemas de autoestima y socialización, bajo rendimiento escolar y finalmente consecuencias médicas si la salud no mejora”. Situación que podría mejorar si como padres prestaran mayor atención a las actividades de los jóvenes y niños y promovieran más horas de juegos activos en la calle.
Con información de El País
AM.MX/kika
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