- Podría contenerse si retoman el proyecto de la reforma del Estado, y de la regeneración nacional establecen las bases para una IV República, ajena al presidencialismo imperial y sustentada en uno parlamentario
Gregorio Ortega Molina
AMLO y los integrantes de su gabinete están sobrados, los niveles de aprobación fortalecen su autoconfianza, la que en exceso conduce a la distorsión de la realidad.
Sentirse muy “chicho” equivale a olvidarse que en toda asociación entre humanos anida la traición. A nuestro presidente constitucional, tan reconocido y apoyado por sus electores, puede ocurrirle lo que a Polifemo, y cuando se pregunte quién lo engañó reconocerá que fue “Nadie”, lo que en estos casos equivale a aceptar que se traiciona uno mismo.
La IV Transformación (a estas alturas desconocemos en qué consiste y a dónde conduce a la nación) está imparable, enfrente no tiene contrapesos políticos ni económicos. Los barones del dinero permanecen dubitativos.
Esta asociación humana que gobierna, este movimiento social, está crecido, desafiante, sobrado, da la apariencia de poco preparado e inexperto (es un error considerarlo así), pero con la más enorme base social de la que haya disfrutado gobierno alguno, aunque de sobra ha mostrado que es acrítica y dogmática.
Me pregunto si están conscientes de que no pueden sustraer a México de la globalización, por consiguiente tampoco de los compromisos adquiridos por el endeudamiento, que suma la módica cantidad de11.2 millones de millones de dólares.
El gobierno de siete semanas está engolosinado y en lo único que piensa y trabaja es en engrosar su clientela electoral, a través de los nuevos programas de apoyo económico y gasto social, mostrando en el discurso su desprecio por los criterios financieros neoliberales y fifís; mientras tanto y en Nueva York le reprobaron a Carlos Urzúa, secretario de Hacienda, y a Octavio Romero Oropeza, director de Pemex.
Previsiblemente la consecuencia inmediata se traducirá en el descenso en la calificación de la deuda, y si así sucede depende qué tan paciente o severo sea ese juicio. La señal se dará entre abril y junio (las calificadoras operan semestralmente).
Lo que se anuncia entonces es una tormenta económica perfecta sobre México, la que podría contenerse si retoman el proyecto de la reforma del Estado, y de la regeneración nacional establecen las bases para una IV República, ajena al presidencialismo imperial y sustentada en un presidencialismo parlamentario, con el propósito de evitar las contrataciones de obra sin honestidad valiente y revisar lo mismo el tren maya que el proyecto de Santa Lucía y la Guardia Nacional, porque lo otro es la revitalización del general Francisco Rosas, la sombra del caudillo.
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