A L F A O M E G A
- Murió “La Tigresa”, Toda Una Leyenda
- Quinceañera Superbella Llega al D.F.
- Actriz, Cantante, Escritora y Legisladora
- Entrevistada Bajo Colcha y Sabanas
- Famosa Frase Para Correr a Invitados
JORGE HERRERA VALENZUELA
Se fue la popular y famosa chiapaneca del Siglo XX.
Actuó en películas. Cantó en festivales, en teatro y en la televisión.
Escribió un libro de título un tanto erótico “A Calzón Amarrado”.
Llevó serenata, a Los Pinos, disgustó a don Gustavo Díaz Ordaz.
Se enfrentó, en el Senado, a su compañero Porfirio Muñoz Ledo.
La vi en “El Noche y Día” cenando con el ingeniero Alejo Peralta.
Fernando, Casas Alemán, su primer amante a los 17 años.
Sí, acertó. Se trata de la incólume Irma Serrano.
Sí, la hermosa mujer que posó desnuda para un cuadro que tenía en su recamara. En dos sesiones la pintó el célebre Diego Rivera.
Se dio tiempo para escribir tres libros: A Calzón Amarrado, Sin Pelos en La Lengua y Una Loca en La Polaca.
Irma nunca recibió propuesta de matrimonio, no tuvo hijos y desmintió que abortó.
Sus problemas legales por el Teatro Fru Fru. Estuvo detenida. Pagó la fianza y recuperó su libertad.
NO HUBO CARIÑO MATERNAL
Irma Consuelo Cielo Serrano Castro, nombre oficial de “La Tigresa”, a los siete años de edad, en 1940, empezó a vivir en la soledad. Sus padres, Santiago Serrano Ruiz y su madre María Castro Domínguez, se divorciaron. Mario y Yolanda fueron sus hermanos mayores. La chiapaneca al viajar a la Ciudad de México tuvo hogar al lado de su prima, la poetisa y diplomática Rosario Castellanos.
Su padre fue periodista, impresor, escritor y poeta en Suchiapa. Doña María era una mujer millonaria, propietaria de varias haciendas. El papá guio a su hija en los estudios de canto. La mamá dedicada a sus negocios poco cariño prodigo a la pequeña Irma, originaria de Comitán de Domínguez, aunque otros aseguran que nació en las Margaritas.
Irma deseaba prepararse. Le gustaba estudiar. Llegó a la UNAM como alumna de en la Facultad Filosofía y Letras para estudiar Literatura, pero no concluyó la carrera. Decidió ser artista.
Por lo vivido en sus primeros años, buscó el cariño y el apapacho de personas mayores. Comentaré más delante de sus tres amores, uno platónico, cuando apenas tenía 13 años de edad.
En las fotos de su etapa juvenil, “La Tigresa” lucía esplendorosa belleza. Un rostro hermoso que se transformó en espectacular cuando comenzó de cantante de música ranchera y surgió a la fama interpretando “La Martina”.
Mujer que dentro y fuera de los sets cinematográficos, de los escenarios teatrales y de los estudios de televisión, atraía la mirada de los hombres, de todas edades. Segura de sí misma, de carácter fuerte, planeó y consiguió ser diputada federal y senadora.
“DESNÚDESE Y A MI CAMA”
Mi amigo y colega en el tecleo, Edmundo Cázarez Cárdenas, reportero especializado en entrevistas a personajes, redactando con un sabor especial, con mucho colorido y agilidad, nos lleva de la mano hasta el mismo lugar donde cumple con su misión periodística.
El 4 de octubre de 1999, en compañía de la reportera gráfica Lilia Hernández llegó a la casona ubicada en la esquina de Paseo de Reforma y Monte Líbano. Edmundo trabajaba para la Organización Editorial Mexicana, la de “Los Soles”.
Durante dos horas estuvo platicando con Irma Serrano. Nos encontramos, escribió, en la Pagoda China. Fue tal el interesante material noticioso que la entrevista requirió ser publicada en tres días consecutivos en “El Sol de México” y otros treinta y tantos “Soles” en el país. No dejó una sola pregunta en la libreta y la chiapaneca le contestó a todo.
Bueno, pero ocurrió algo que jamás se había registrado ni se repetirá. ¿Cuál fue la sorpresa?
Sencillamente que Irma Serrano le dijo a Edmundo, en presencia de Lilia que, con fotos y video dejaría testimonio de lo inusitado: “Me va Usted a perdonar, pero este pinche dolor de pierna, no me deja mover” e inmediatamente “le ordenó” al entrevistador: “Así que se me quita su saco, camisa, corbata, pantalón y se mete a la cama conmigo, así platicamos más sabroso y con toda con fianza”.
“Me quedé rotalmente frío y sin saber qué decir”, contó Edmundo.
La fotógrafa Lilia Hernández le guiño el ojo derecho y le dijo: “Rífatela Chaparrito. Tu puedes”. Irma estaba cubierta con ropa trasparente y un abrigo de piel blanquísimo. Mi colega se sacrificó e hizo historia en el diarismo con esta entrevista. Ninguno de nosotros presumirá una entrevista en esa condición, acostadito con la entrevistada.
“SE ESCAPÓ EL TIGRE”
José Antonio Aspíros Villagómez, galardonado periodista, recordó otro pasaje anecdótico de la polémica y brava Irma Serrano. Es referente a una crónica que redactó otro gran amigo y colega Mario A. Campa Landeros, que en paz descansa desde hace 3 años. En las páginas del diario Excélsior se publicó el relato de Mario referido a una fiesta en la casa de “La Tigresa”, en Jardines del Pedregal. Eso fue el 21de julio de 1975.
Lo interesante de esos hechos, es cómo “en forma educada” Irma Serrano corría sus invitados, en la madrugada, cuando todos habían ingerido bebidas en forma excesiva y comido hasta decir basta. En las ocasiones en que los invitados eran los reporteros de la “fuente” de espectáculos, no había miseria en vinos, licores y buffet de viandas. Todo de primera calidad.
Era tal la euforia en el consumo de cocteles que muchos de las y los invitadas se lanzaban con ropa, zapatos y relojes, a la alberca. La alegría rebasaba cualquier límite social. Entonces Irma y dos de sus sirvientas tenían “la llave” para sacar a la muchedumbre. Lanzaba un fuerte grito, angustiosamente, para avisar que “¡Se escapó el tigre! Tengan mucho cuidado”.
Empezaba un corredero de invitados por los salones de la casa. Los que estaban en la alberca salían titiritando de frío. Irma y sus apoyadoras abrían la puerta. Previamente habían apagado la luz “para que el tigre no atacara”. Ni había tigre, ni quedaba un solo “borrachito” e Irma se iba a descansar. Nadie vió al tigre , pero la anfitriona decía “apagué la luz para que no nos vea el tigre y se espante”. Jajajaja.
Mario A. Campa nos dejó el primer y único tomo de la serie “Los Verdaderos Maestros del Periodismo”. Fue jefe de información de Excélsior, El Universal y Novedades. Le faltó La Prensa para estar en los cuatro grandes diarios de la época.
SUS TRES AMORES
En la vida real, Irma Serrano no fue afortunada en sus relaciones amorosas. Nunca supo qué era ser novia. Contaba que su primer amor fue platónico y que el joven en que se había fijado, tenía dos años más que ella, de 13. Lo veía pasear en la Plaza de Comitán, pero nunca cruzaron saludos y menos miradas. ¿Quién era? Un vecino de Comitán de Domínguez y se llama Jorge de la Vega Domínguez que el próximo 14 de este mes cumplirá 92 años. Irma iba por su aniversario 90 en diciembre 9.
Cuatro años después, Irma inició romance con un hombre que le llevaba muchos años. Político veracruzano nacido en 1911. Supe que se conocieron en la Ciudad de México, donde él era Jefe del Departamento del D.F. y había sido gobernador de Veracruz. Fernando Casas Alemán, quien pretendió ser sucesor del presidente Miguel Alemán Valdés.
El más sonado y escandalizado amasiato lo tuvo con el presidente Gustavo Díaz Ordaz. Su narración en A Calzón Amarrado, nos dejó saber todo lo sucedido entre ellos.
Irma se atrevió a llevar serenata hasta la residencia oficial de Los Pinos y el final fue trágico. El poblano se enfureció y ella le dio una bofetada. La esposa del presidente, doña Guadalupe Borja, intentó boicotear la carrera de la artista y cantante.
Una madrugada con mi esposa y varios matrimonios cenábamos en el restaurant Noche y Día, en Dinamarca 13, a unos pasos de la estatua de Cuauhtémoc (Paseo de la Reforma e Insurgentes Sur), cuando llegaron Irma y el industrial Alejo Peralta, hombre de mucho mundo y al que tuve oportunidad de tratar en los días que dirigió el Instituto Politécnico Nacional, fundador y patrocinador económico del Canal 11 que el pasado 2 de este mes cumplió 44 años en el aire.
SU PLEITO CON MUÑOZ LEDO
En el salón de plenos de la Cámara de Senadores hubo un encuentro verbal entre la senadora chiapaneca y el legislador Porfirio Muñoz Ledo. Discutieron tema político, se alteraron, subió el tono de voz por parte de los dos.
Los hechos sucedieron enabril de 2000. Irma estaba muy enojada y le gritó a su colega: “No me voy a ir sin darle su merecido a este señor. Que sepa que es una mujer que está tratando de hacer un partido de mujeres, de mujeres fuertes, de mujeres amazonas”.
“No tengo más que dos alternativas. Una, despedirme de esta honorable Cámara de Senadores y la otra, madreándolo”, dijo y dio media vuelta sin cumplir lo segundo.
jherrerav@live.com.mx