* Todo indica que nos negamos a abrir los ojos a una realidad que se cierne sobre nosotros. Es muy posible que este sea el primer gobierno de 10 años, pues es para eso que las botas militares lastimarán los pisos de Palacio Nacional. ¿Permitiremos que se pospongan las próximas elecciones presidenciales hasta 2028?
Gregorio Ortega Molina
Menudo brete en el que hemos permitido que la 4T coloque a la nación, en complicidad con el Legislativo y el Judicial. Lejos de querer salvar a la patria, se trata de lavar la cara a un mal gobierno, a pesar de la sistemática destrucción de instituciones y, lo peor, la reducción dramática de la estima que los mexicanos llegamos a tener de nosotros mismos.
La República, en el concepto que romanos y franceses dieron a esa forma democrática de gobierno, sus normas e instituciones, está en serio peligro, porque parece no existir ley, Constitución, argumento o grupo opositor a quienes hoy mangonean, para conminarlos a reflexionar sobre la desestructuración del proyecto logrado con la Independencia y la Revolución. Lo que se anuncia es Nicaragua, la Argentina de los generales, el Perú de presidente Gonzalo y Fujimori. Ominoso por donde le busquemos.
La militarización que hemos permitido que nos endilguen la pagaremos los mexicanos de a pie, ellos nunca, ya tienen sus fortunas fuera puesto que siguen el ejemplo de sus antecesores, pues a fin de cuentas son los mismos que sexenio tras sexenio prometen el oro y el moro para abrir a México las puertas del Primer Mundo.
Todo indica que nos negamos a abrir los ojos a una realidad que se cierne sobre nosotros. Es muy posible que este sea el primer gobierno de 10 años, pues es para eso que las botas militares lastimarán los pisos de Palacio Nacional. ¿Permitiremos que se pospongan las próximas elecciones presidenciales hasta 2028?
Los 200 años de Independencia están a punto de perderse en la impotencia y debilidad de los mexicanos que creímos inteligentes y patriotas, y lo que se nos viene encima, primero, es un nuevo órgano electoral dispuesto a obedecer las instrucciones dictadas desde el Poder Ejecutivo, porque ese ensueño de democracia que costó tanto construir estorba y molesta a quien decide el futuro inmediato, con Narco-Estado o sin él.
Escribe Taylor Caldwell en La columna de hierro. Cicerón y el esplendor del Imperio Romano: “Pero se acerca el día en que seremos mandados de nuevo por un dictador, uno que no será como los de antaño, sino que querrá poder ilimitado en atribuciones y tiempo sobre Roma…”.
La República está en peligro. Permitiremos que desaparezca.
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@OrtegaGregorio