La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Como dijo el clásico: bienaventurados los que tienen un amigo libanés
Ricardo Ahued, rindió su tercer informe de gobierno como alcalde de Xalapa y, a partir del próximo domingo, asumirá como secretario de Gobierno del estado de Veracruz o, para ponerlo en la jerga política de la entidad, será el ‘número dos’ de la administración.
Conocedora del lenguaje cifrado, la futura gobernadora, Rocío Nahle, estuvo presente en el evento, para darle un espaldarazo a quien será su operador en la reconstrucción de la gobernanza, a través de impulsar consensos con los interlocutores válidos de todos los sectores, entiéndanse estos como empresarios, iglesias, colectivos de búsqueda, activistas, intelectuales, artistas e, incluso, la oposición partidista.
A lo largo de su trayectoria en la función pública, Ahued se ha significado por su urbanidad política y su hiperactividad para cumplir los objetivos trazados, tiene claro que el trabajo rinde frutos, ha militado en la cultura del esfuerzo.
La meta no es sencilla, el manejo faccioso de Eric Cisneros, lastimó las líneas de comunicación del gobierno estatal con el conjunto de la sociedad, por lo tanto, habrá que comenzar por reposicionar a la institución.
Dicen los que saben, que un secretario de Gobierno, más que verse, tiene que sentirse, ese es el quid de la cuestión señor Ahued, la pelota está en su cancha.