Corre, lee y dile
Germán Martínez Aceves
Comer es más que realizar el acto intuitivo que nos mantiene vivos. Más allá de ser una acción natural, alimentarse conlleva un amplio contexto social, económico, político y cultural. El desarrollo mismo de la humanidad va de la mano de la manera en que nos alimentamos.
En los tiempos actuales, la comida adquiere más un carácter mercantil que un equilibrio nutricional. El consumo se decanta por los alimentos procesados de preparación rápida abundantes en carbohidratos, grasas diversas y aditamentos químicos.
Sin embargo, la cocina, especialmente la mexicana, es producto de usos y costumbres que mantiene una estrecha relación con nuestro entorno natural, con nuestra comunidad y con nuestra creatividad para crear platillos riquísimos que nos dan identidad.
Un grupo de investigadores de disciplinas varias se dio a la tarea de compartir los resultados de sus trabajos académicos para reunirlos en el libro Alimentación en México. Transformaciones y desafíos, coordinado por Yuribia Velázquez Galindo e Isaura Cecilia García López que la Editorial de la Universidad Veracruzana lo incorporó a su colección Corpus universitario.
En él se reconoce la gran riqueza alimentaria de nuestro país que se debe a diversidad biológica y a la cultura alimentaria de nuestros pueblos originarios que tenían como base el cultivo de la milpa y la creatividad para crear alimentos con base en semillas, en hierbas, en condimentos, en raíces, en hongos y en animales de crianza, de caza y de pesca, incluyendo insectos.
Los textos que aquí se presentan están enfocados a la sustentabilidad de la vida. En ellos se reconoce que el sistema alimentario moderno, con base en el monocultivo, el uso de fertilizantes y plaguicidas crea un alto costo ecológico que afecta no sólo al ambiente sino también a la salud humana. En él se integra a todos los actores, los espacios, los procesos y los resultados involucrados en la alimentación humana.
En trece capítulos se abordan diversas problemáticas. El primero es “Los campesinos mexicanos y la relación cuerpo-territorio-alimento: perspectivas desde la experiencia de siembra colectiva en Santiago Tlacotepec, Estado de México”, de Ana Gabriela Cabrera Rebollo, Carolina Gonzaga González, Adriana Cejudo Rocha y Oliver Gabriel Hernández Lara, el texto es resultado de tres talleres que se enfocaron en analizar la narrativa de los campesinos a partir de sus historias que reflejan un fuerte sentido de “pertenencia con el territorio, con su identidad campesina y un reconocimiento al alimento como espacio de lucha, disputa y transformación”.
“Mistly y café de especialidad: estrategias organizativas para el fortalecimiento de la soberanía alimentaria”, de Alma Adriana Zárate Arrollo, se enfoca en la actividad de productores de café en la Sierra Norte de Puebla que enfrentan una crisis alimentaria vinculada con las políticas neoliberales y la crisis ambiental. La zona es productora de café de excelente calidad que se basa en la conservación del entorno, los policultivos y el respeto por la naturaleza. Sobre todo, valora a las familias campesinas como ejemplos de resiliencia que se mantienen con Mistly, una organización de cafetaleros de Xicotepec, a pesar de que las políticas internacionales y nacionales que no les beneficia.
“(In)seguridad alimentaria en Tolimán y Zapotitlán de Vadillo, Jalisco”, de Isabel Cristina Marín Arriola, Patricia Josefina López-Uriarte y Teresita de Jesús Gutiérrez Villalobos, quienes realizan una encuesta entre la población que arroja como resultados el problema creciente de abandono del campo y la dependencia de empleos temporales; y deja ver la falta de políticas para apoyo al campo y a la población menos favorecida.
“Reactivación de los huertos de traspatio en el contexto de la pandemia: el caso de un colectivo otomí del Valle del Mezquital, Hidalgo”, de Diana Cortese, analiza el trabajo de Cooperación Comunitaria, AC con el colectivo hñähñu Los Wäda. En medio de la pandemia de covid 19 realizó un trabajo etnográfico donde se valora la importancia de los huertos familiares como forma de subsistencia.
Ana Karen Vázquez presenta “Cocinar en un comedor escolar: participación de mujeres mazahuas en la ejecución de un programa social en México”, muestra el alejamiento de un sistema alimentario con políticas públicas con las necesidades reales de una comunidad mazahua. Particularmente resalta el papel de las mujeres y los usos y costumbres de la comunidad.
Yuribia Velázquez Galindo, Tania Citlalli Gabriel Peralta y Arely Melchor Álvarez presentan “Una mirada desde la niñez de origen indígena hacia los consumos no saludables”. Su lugar de estudios es Jilotepec, Veracruz y su objeto de estudio una comunidad de niños que están a expensas de la comida chatarra y su relación con sentimientos y afectos de alegría, compañerismo, integración familiar y juego y, por supuesto, la salud.
“Cocinando para cocineras. Del fogón a la mesa, de la teoría a la acción”, de Nicolás Roldán Rueda y Lucía Pérez Volkow, quienes realizan su investigación, con mujeres cocineras: madres, hijas, abuelas, tías y amigas que hacen valer el papel de las mujeres en el mantenimiento de las redes sociales familiares y comunitarias.
“Los quelites: más que un recurso fitogenético”, de Aldo Federico Palafox Hernández, presenta un análisis sobre el proceso de significación de esta suculenta hierba en las poblaciones macehuales, de Milpa Alta, que adquiere no solo una importancia alimentaria, si no también mítica y cultural.
“Valoraciones sobre el pulque: la perspectiva de productores, vendedores y consumidores”, de Gonzalo D. Álvarez Ríos, Alejandro Casas, Mariana Vallejo y Carmen J. Figueredo Urbina, donde muestran los resultados de una encuesta en línea que realizaron entre productores y consumidores de pulque de la Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco, Michoacán e Hidalgo. Considerado el néctar de los dioses, el pulque tiene una relación estrecha con la identidad y la alimentación de las poblaciones del centro del país.
Minerva López Millán presenta “En comunidades de San Luis Potosí los cuidados para una alimentación culturalmente apropiada se realizan entre todos”, un texto etnográfico en el que analiza el boliim, un alimento ritual de las poblaciones pames (xi’oi), teenek y nahuas de los municipios Tanlajás, San Vicente Tancuayalab y Tamuín.
Itzel Sosa Argáez, Omar Cervantes, María Adelaida Campos y Alin Jael Palacios Fonseca presentan “Propuesta de turismo gastronómico y científico en la costa de la bahía de Santiago: ruta gastronómica La Boquita, herencia con sabor a mar”, trabajo realizado en las costas de Colima con base en las cocinas tradicionales regionales.
“Percepción de los productores rurales de Ayala, Morelos: el programa Precios en Garantía a Productos Alimentarios Básicos”, escrito por Antonio Figueroa, analiza cómo el programa Precios en Garantía combinado con Fertilizantes para el Bienestar, apoya los ingresos y estimula la producción en el campo, pero también hace énfasis en el uso de agroquímicos y fertilizantes.
Finalmente, “Las cocinas bioculturales de Puebla, territorio de saberes y herencias culturales en la Sierra Norte y la Mixteca poblana”, de Isaura Cecilia García López, revisa la situación de la alimentación contemporánea como producto de las decisiones políticas, de la agroindustria y de los agronegocios y como afecta en las dos regiones de estudio.
Alimentación en México. Transformaciones y desafíos, coordinado por Yuribia Velázquez Galindo e Isaura Cecilia García López, colección Corpus Universitario de la Editorial UV, 327 páginas, 2024.
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